En este blog profundizaremos a fondo sobre lo que significa, como se da, en que lugar se da y como la sociedad esta contribuyendo o no para la reducción de este problema ya que el acoso cada dia es mayor en especialmente en niños y jóvenes. Igualmente te ayudaremos a reconocer si tu estas siendo acosado y estas siendo parte de la sociedad acosada a traves del bullying.
Vistas de página en total
miércoles, 4 de noviembre de 2015
martes, 3 de noviembre de 2015
Caso real de bullying
Óscar, un niño de 13 años, rostro real del bullying
Tiene 13 años y fue víctima de un acoso tan severo en la secundaria que tomó una decisión que hoy lo tiene en el hospital
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de febrero.- Ha pasado casi un mes desde que Óscar, de 13 años, ingresó al Centro Médico Siglo XXI. Apenas el miércoles de la semana pasada salió de la sala de cuidados intensivos y fue trasladado a una cama en el área de Pediatría.
El 31 de enero el estudiante de primero de secundaria tomó una decisión crucial: ingirió líquido para destapar cañerías, con el único propósito de enfermarse y así no asistir a la Secundaria Técnica 72 Manuel María Contreras, en la que era acosado por una de sus profesoras y también por sus compañeros.
Después de que ya pasó lo más grave, Óscar, quien se recupera en la cama 571, entra en pánico cada vez que alguien menciona su escuela. No puede hablar, tiene una sonda que atraviesa su tráquea y no probará ningún alimento al menos por un año.
Algunos de los médicos que lo atienden advierten la posibilidad de que nunca más pueda volver a comer normalmente. Además, el retorno del habla depende de la intervención de emergencia que se le practicó para salvarle la vida y de que no se hayan dañado sus cuerdas vocales.
El día en que todo comenzó
La historia empezó cuando la familia de Óscar consiguió cambiarlo del turno vespertino al matutino en la secundaria ubicada en la calle Parcela, colonia Lomas de San Bernabé, delegación Magdalena Contreras.
Desde el principio la profesora de español Norma Gómez Botello comenzó a acosar al niño.
“El niño padece de incontinencia urinaria debido a un accidente que tuvo en un testículo, el cual estuvo a punto de perder, y no puede aguantar las ganas de ir al baño; su maestra de español no le daba permiso de ir al baño”, explica su abuelo Mauricio.
Pero no era todo. La profesora se negaba a calificarle sus trabajos y en una ocasión Óscar acudió con una asesora escolar, quien habló con la maestra, pero ese hecho sólo empeoró la actitud de la docente hacia su estudiante.
“El problema es que él no quería fallarle a su mamá porque ella es mamá soltera y mi niño andaba con una depresión que se agarraba sus manitas y se las frotaba”, detalló su abuelo en entrevista para Excélsior.
“Un día la maestra no lo dejó ir al baño y le ganó la pipí en sus pantalones y todos sus compañeros se burlaron de él”, agregó don Mauricio, taxista y principal sostén de su familia.
A partir de ese día Óscar no sólo tenía que lidiar con los malos tratos de su profesora de Español, Norma Gómez, sino con el acoso de sus compañeros, por lo que se convirtió en un niño inseguro y no contaba con amigos.
La situación empeoró drásticamente. A Óscar le daban crisis nerviosas en clases, que derivaban en diarreas severas y vómitos incontrolables, por lo que sus salidas al baño eran cada vez más frecuentes. Telefoneaba a su casa para que fueran por él, lo que también provocaba la mofa de sus compañeros de clase y la represión de su profesora.
Un día de enero sus nervios lo vencieron y comenzó a revolvérsele el estómago. Pidió permiso a su maestra para ir al baño, pero le fue negado. Momentos después vomitó dentro del salón. No obstante, Óscar no fue enviado a la enfermería, sino que la profesora lo obligó a limpiar su vómito ante las burlas de sus compañeros.
Óscar ya no quería regresar al colegio. Un profesor de nombre Mauricio se percató de su situación y le consiguió un permiso de 15 días para que faltara a clases y fuera llevado a terapia. La situación no mejoró. La sicóloga Helena le decía que era un niño chantajista y tonto.
El punto de no retorno
Pasaron los días. El lunes 31 de enero se terminó el permiso y Óscar debía regresar a la escuela el 1 de febrero. La tarde del lunes su abuela Sara y su mamá Norma hablaron con el niño. Eran las 19:00 horas y lo alentaron a regresar a clases en un intento por darle valor.
Luego de hablar con él le pidieron que se bañara para luego cenar y prepararse para el día siguiente. Óscar hizo caso y entró en la regadera.
Pasaron dos minutos cuando el niño comenzó a vomitar sangre. Su madre, quien es recamarista en un hotel de la avenida Cuauhtémoc, se percató de la situación y auxilió a su hijo; después llegaron sus abuelos.
Todos tranquilizaron al muchacho, pues pensaron que era otra de sus crisis nerviosas derivadas por la presión de regresar al colegio. “Le dije que se metiera a bañar y me dijo: ‘abuelito, ven’”, narra don Mauricio.
“¿Qué quieres, hijo?, le contesté. ‘Ven tú solo’, me pidió, y cuando me acerqué me dijo: ‘Tomé un líquido destapacaños”, detalla su abuelo llorando.
Inmediatamente vistieron al niño y lo trasladaron a la Clínica 140 del IMSS, de ahí lo canalizaron a la Clínica 8 y, al percatarse que la situación era muy grave, fueron enviados al Centro Médico Siglo XXI.
Óscar permaneció en estado grave dos semanas, fue sometido a varios lavados y una cirugía. Hoy no puede hablar, ni siquiera puede tragar su saliva, por lo que tiene que escupir constantemente y las enfermeras aspiran sus flemas en un difícil proceso que se prolonga por espacio de 20 minutos, varias veces al día. Está tan débil que ponerse de pie le resulta muy complicado.
Los nervios no desaparecen
Durante su estancia en el hospital la familia notó que, cuando era mencionada su escuela, Óscar entraba en pánico, por lo que pidieron a la jefa de Trabajo Social que no dejara pasar a ningún profesor o autoridad de la Secundaria Técnica 72.
Sin embargo, argumentó que no podían impedir el acceso de los profesores y dejaron entrar al subdirector de la escuela, de nombre Raúl. Al verlo, Óscar tuvo un acceso de tos que casi provoca su ahogamiento, por lo que las enfermeras retiraron al profesor.
La familia decidió interponer una denuncia de tipo penal. Explicaron que una conocida escribió la denuncia dirigida a Jorge Mauricio Ferman Quirarte, Fiscal Central de Investigación para la Atención de Niñas, Niños y Adolescentes de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Norma, la madre de Óscar, acudió a las instalaciones de la dependencia, en la colonia Doctores, para tratar de entregar el documento en las oficinas del funcionario, ubicadas en el segundo piso del llamado búnker.
La misión fue frustrada por los funcionarios que están en la entrada del edificio: negaron el acceso a Norma y le indicaron que primero debía de hacer un escrito dirigido al Fiscal para que éste pudiera atenderla.
Red de protección
El 15 de febrero Ferman Quirarte, junto con el procurador del DF, Miguel Ángel Mancera, y el secretario de Educación capitalino, Mario Delgado, firmaron un convenio para la creación de una red de prevención del delito, enfocada a establecer bases sólidas y mecanismos institucionales de apoyo para conocer, sensibilizar, capacitar y combatir el fenómeno del hostigamiento escolar.
El convenio instruye que, a través de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención de Niños, Niñas y Adolescentes de la PGJDF, se brinde asesoría a profesores, padres y madres de familia y a estudiantes víctimas o victimarios de este fenómeno, para fortalecer el tema de la prevención.
El abuelo de Óscar explicó que el profesor que consiguió el permiso para que su nieto recibiera apoyo sicológico redactó un documento firmado por las autoridades escolares y la familia, con el fin de dejar un antecedente. Él acudió a la escuela para solicitarlo, pero cuando el profesor iba a entregárselo fue llamado por el director del plantel, José de la Cruz Patiño, quien le llamó la atención y le ordenó no entregar el documento.
Como si nada
La profesora Norma Gómez continúa dando clases en la secundaria 72. El director y subdirector del plantel siguen en sus puestos y Óscar sigue postrado en la cama 571 del Centro Médico en espera de su recuperación. Su futuro, no hace falta ser sicólogo, es absolutamente incierto.
El niño tiene un cuaderno donde escribe lo que piensa. “La garganta me duele, aunque no me aspiren”. Cuando se menciona a su abuelo Mauricio toma la pluma y escribe: “Es mi papá”.
“¿Qué te gustaría comer cuando te deje el doctor? ¿Tacos, hamburgesas?”. Asiente a la segunda opción. “¿De McDonald’s o Burger King?”. Se le iluminan los ojos cuando escucha Burger King. Su única diversión es un televisor portátil con DVD, donde ve con indiferencia Kung Fu Panda.
En diciembre pasado, otro niño de la misma secundaria fue víctima de bullying por parte de un compañero. Tampoco quería regresar al colegio, pero su madre habló con el padre del agresor, quien decidió sacar a su hijo de la escuela. En ese caso los directivos metieron las manos.
Tiene 13 años y fue víctima de un acoso tan severo en la secundaria que tomó una decisión que hoy lo tiene en el hospital
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de febrero.- Ha pasado casi un mes desde que Óscar, de 13 años, ingresó al Centro Médico Siglo XXI. Apenas el miércoles de la semana pasada salió de la sala de cuidados intensivos y fue trasladado a una cama en el área de Pediatría.
El 31 de enero el estudiante de primero de secundaria tomó una decisión crucial: ingirió líquido para destapar cañerías, con el único propósito de enfermarse y así no asistir a la Secundaria Técnica 72 Manuel María Contreras, en la que era acosado por una de sus profesoras y también por sus compañeros.
Después de que ya pasó lo más grave, Óscar, quien se recupera en la cama 571, entra en pánico cada vez que alguien menciona su escuela. No puede hablar, tiene una sonda que atraviesa su tráquea y no probará ningún alimento al menos por un año.
Algunos de los médicos que lo atienden advierten la posibilidad de que nunca más pueda volver a comer normalmente. Además, el retorno del habla depende de la intervención de emergencia que se le practicó para salvarle la vida y de que no se hayan dañado sus cuerdas vocales.
El día en que todo comenzó
La historia empezó cuando la familia de Óscar consiguió cambiarlo del turno vespertino al matutino en la secundaria ubicada en la calle Parcela, colonia Lomas de San Bernabé, delegación Magdalena Contreras.
Desde el principio la profesora de español Norma Gómez Botello comenzó a acosar al niño.
“El niño padece de incontinencia urinaria debido a un accidente que tuvo en un testículo, el cual estuvo a punto de perder, y no puede aguantar las ganas de ir al baño; su maestra de español no le daba permiso de ir al baño”, explica su abuelo Mauricio.
Pero no era todo. La profesora se negaba a calificarle sus trabajos y en una ocasión Óscar acudió con una asesora escolar, quien habló con la maestra, pero ese hecho sólo empeoró la actitud de la docente hacia su estudiante.
“El problema es que él no quería fallarle a su mamá porque ella es mamá soltera y mi niño andaba con una depresión que se agarraba sus manitas y se las frotaba”, detalló su abuelo en entrevista para Excélsior.
“Un día la maestra no lo dejó ir al baño y le ganó la pipí en sus pantalones y todos sus compañeros se burlaron de él”, agregó don Mauricio, taxista y principal sostén de su familia.
A partir de ese día Óscar no sólo tenía que lidiar con los malos tratos de su profesora de Español, Norma Gómez, sino con el acoso de sus compañeros, por lo que se convirtió en un niño inseguro y no contaba con amigos.
La situación empeoró drásticamente. A Óscar le daban crisis nerviosas en clases, que derivaban en diarreas severas y vómitos incontrolables, por lo que sus salidas al baño eran cada vez más frecuentes. Telefoneaba a su casa para que fueran por él, lo que también provocaba la mofa de sus compañeros de clase y la represión de su profesora.
Un día de enero sus nervios lo vencieron y comenzó a revolvérsele el estómago. Pidió permiso a su maestra para ir al baño, pero le fue negado. Momentos después vomitó dentro del salón. No obstante, Óscar no fue enviado a la enfermería, sino que la profesora lo obligó a limpiar su vómito ante las burlas de sus compañeros.
Óscar ya no quería regresar al colegio. Un profesor de nombre Mauricio se percató de su situación y le consiguió un permiso de 15 días para que faltara a clases y fuera llevado a terapia. La situación no mejoró. La sicóloga Helena le decía que era un niño chantajista y tonto.
El punto de no retorno
Pasaron los días. El lunes 31 de enero se terminó el permiso y Óscar debía regresar a la escuela el 1 de febrero. La tarde del lunes su abuela Sara y su mamá Norma hablaron con el niño. Eran las 19:00 horas y lo alentaron a regresar a clases en un intento por darle valor.
Luego de hablar con él le pidieron que se bañara para luego cenar y prepararse para el día siguiente. Óscar hizo caso y entró en la regadera.
Pasaron dos minutos cuando el niño comenzó a vomitar sangre. Su madre, quien es recamarista en un hotel de la avenida Cuauhtémoc, se percató de la situación y auxilió a su hijo; después llegaron sus abuelos.
Todos tranquilizaron al muchacho, pues pensaron que era otra de sus crisis nerviosas derivadas por la presión de regresar al colegio. “Le dije que se metiera a bañar y me dijo: ‘abuelito, ven’”, narra don Mauricio.
“¿Qué quieres, hijo?, le contesté. ‘Ven tú solo’, me pidió, y cuando me acerqué me dijo: ‘Tomé un líquido destapacaños”, detalla su abuelo llorando.
Inmediatamente vistieron al niño y lo trasladaron a la Clínica 140 del IMSS, de ahí lo canalizaron a la Clínica 8 y, al percatarse que la situación era muy grave, fueron enviados al Centro Médico Siglo XXI.
Óscar permaneció en estado grave dos semanas, fue sometido a varios lavados y una cirugía. Hoy no puede hablar, ni siquiera puede tragar su saliva, por lo que tiene que escupir constantemente y las enfermeras aspiran sus flemas en un difícil proceso que se prolonga por espacio de 20 minutos, varias veces al día. Está tan débil que ponerse de pie le resulta muy complicado.
Los nervios no desaparecen
Durante su estancia en el hospital la familia notó que, cuando era mencionada su escuela, Óscar entraba en pánico, por lo que pidieron a la jefa de Trabajo Social que no dejara pasar a ningún profesor o autoridad de la Secundaria Técnica 72.
Sin embargo, argumentó que no podían impedir el acceso de los profesores y dejaron entrar al subdirector de la escuela, de nombre Raúl. Al verlo, Óscar tuvo un acceso de tos que casi provoca su ahogamiento, por lo que las enfermeras retiraron al profesor.
La familia decidió interponer una denuncia de tipo penal. Explicaron que una conocida escribió la denuncia dirigida a Jorge Mauricio Ferman Quirarte, Fiscal Central de Investigación para la Atención de Niñas, Niños y Adolescentes de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Norma, la madre de Óscar, acudió a las instalaciones de la dependencia, en la colonia Doctores, para tratar de entregar el documento en las oficinas del funcionario, ubicadas en el segundo piso del llamado búnker.
La misión fue frustrada por los funcionarios que están en la entrada del edificio: negaron el acceso a Norma y le indicaron que primero debía de hacer un escrito dirigido al Fiscal para que éste pudiera atenderla.
Red de protección
El 15 de febrero Ferman Quirarte, junto con el procurador del DF, Miguel Ángel Mancera, y el secretario de Educación capitalino, Mario Delgado, firmaron un convenio para la creación de una red de prevención del delito, enfocada a establecer bases sólidas y mecanismos institucionales de apoyo para conocer, sensibilizar, capacitar y combatir el fenómeno del hostigamiento escolar.
El convenio instruye que, a través de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención de Niños, Niñas y Adolescentes de la PGJDF, se brinde asesoría a profesores, padres y madres de familia y a estudiantes víctimas o victimarios de este fenómeno, para fortalecer el tema de la prevención.
El abuelo de Óscar explicó que el profesor que consiguió el permiso para que su nieto recibiera apoyo sicológico redactó un documento firmado por las autoridades escolares y la familia, con el fin de dejar un antecedente. Él acudió a la escuela para solicitarlo, pero cuando el profesor iba a entregárselo fue llamado por el director del plantel, José de la Cruz Patiño, quien le llamó la atención y le ordenó no entregar el documento.
Como si nada
La profesora Norma Gómez continúa dando clases en la secundaria 72. El director y subdirector del plantel siguen en sus puestos y Óscar sigue postrado en la cama 571 del Centro Médico en espera de su recuperación. Su futuro, no hace falta ser sicólogo, es absolutamente incierto.
El niño tiene un cuaderno donde escribe lo que piensa. “La garganta me duele, aunque no me aspiren”. Cuando se menciona a su abuelo Mauricio toma la pluma y escribe: “Es mi papá”.
“¿Qué te gustaría comer cuando te deje el doctor? ¿Tacos, hamburgesas?”. Asiente a la segunda opción. “¿De McDonald’s o Burger King?”. Se le iluminan los ojos cuando escucha Burger King. Su única diversión es un televisor portátil con DVD, donde ve con indiferencia Kung Fu Panda.
En diciembre pasado, otro niño de la misma secundaria fue víctima de bullying por parte de un compañero. Tampoco quería regresar al colegio, pero su madre habló con el padre del agresor, quien decidió sacar a su hijo de la escuela. En ese caso los directivos metieron las manos.
lunes, 2 de noviembre de 2015
Como saber si un alumno sufre bullying
Indicios: como educadores atentos a:
- La relación de los alumnos y alumnas en los pasillos y en el patio. En el recreo. En el comedor no olvidemos que los peores momentos se sufren cuando los profesores no están presentes.
- Las “pintadas” en las puertas de baños y paredes (Qué nombres aparecen habitualmente.
- La no participación habitual en salidas del grupo.
- Darle importancia a las risas o abucheos repetidos en clase contra determinados alumnos o alumnas
- El hecho de pirar en algunos alumnos puede indicar que no quieren acudir por miedo y que no se atreven a decirlo, Sobretodo cuando ese absentismo sea de un alumno que pira solo
- Estar atentos a aquellos alumnos que sean diferentes. Por su forma de ser o aspecto físico.
- Se queja de forma insistente de ser insultado. Agredido. Burlado...
- Si comenta que le roban sus cosas en el colegio o si cada día explica que pierde su material escolar. Les faltan materiales. Libros.. Con frecuencia
- Investigar los cambios inexplicables de estados de ánimo. Tristeza. Aislamiento personal...del alumno o alumna. La aparición de comportamientos no habituales. Cambios en su actitud: se muestra triste. Poco comunicativo. Lágrimas o depresión sin motivo aparente
- Escasas o nulas relaciones con los compañeros/compañeras.
- Evidencias físicas de violencia y de difícil explicación, moratones. Rasguños o cortaduras cuyo origen el niño no alcanza a explicar, ropa rasgada o estropeada. Objetos dañados o que no aparecen.
- Quejas somáticas constantes del alumno. Dolores de cabeza, de estómago o de otro tipo cuya causa no está clara;
- Accesos de rabia extraño
- Variaciones del rendimiento escolar. Con pérdida de concentración, Aumento del fracaso
- Quejas de los padres que dicen que no quiere ir al colegio.
- Y para finalizar esta parte de información antes de pasar a la actuación desde los centros docentes no olvidemos estos consejos que pueden ayudar a los protagonistas de este drama, que no olvidemos que son las víctimas en primer lugar pero también los acosadores y espectadores que necesitarán ayuda urgente.
- Algunos consejos prácticos que los chicos espectadores deben saber:
- ¿Sabías que si alguien que esté presenciando una agresividad dice «¡Basta ya!», en la mitad de los casos se termina la agresividad? Eso es difícil de hacer, pero es importante tratar. Estarse ahí parado y no hacer nada es aprobar la agresividad. Eso te iguala al agresor mismo.
- Decirle al agresor que pare, Por ejemplo: «¡para, ya está bien!». «¡Eso no es gracioso!». «¿Te gustaría que alguien te hiciera lo mismo?» Haz que el agresor sepa que lo que está haciendo es estúpido y malo.
- Si sientes que no puedes decir nada, vete del sitio y díselo al adulto más cercano, Haz que vaya a ayudar, ¡Eso no es acusar!
- Si ves a alguien que sufre una y otra vez las agresiones de otros, sea esa persona tu amigo, hermano o compañera de clase, puedes hacer mucho para terminar esa situación.
- Si el colegio tiene un programa de informe de agresiones, como una línea de teléfono especial o un «buzón de agresores», o un enmail, úsalo.
- Haz que la víctima so lo cuente a sus padres o a un maestro. Ofrécele que vas con ella si eso le ayuda.
- Si el acosado no quiere hablar con nadie, ofrécele hablar con alguien en su nombre.
- Involucra tanta gente como puedas, incluso a otros amigos o compañeros de clase, a padres, maestros, orientador o director. no uses violencia contra los agresores ni trates de vengarte por tu cuenta. Es posible que por hablar o ayudar a alguien, hayas hecho que el agresor quiera irse contra ti.
domingo, 1 de noviembre de 2015
Cómo saber si un alumno sufre Bullying
La mayoría de las veces los padres y profesores son los últimos en enterarse de lo que les ocurre a los chicos. La vergüenza o el miedo a las represalias son los principales motivos, Si descubre en sus alumnos, alguno de estos signos, actúe…, Esperar a que el asunto se arregle sólo, no sirve de nada, Señales de alarma:
Indicios. Como padres debemos estar atentos a:
- Cambios en el comportamiento del niño. Cambios de humor.
- Tristeza, llantos o irritabilidad.
- Pesadillas, cambios en el sueño y /o en el apetito.
- Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos.
- Pierde o se deterioran sus pertenencias escolares o personales, gafas, mochila, pantalones rotos, pérdida del estuche, etc. de forma frecuente.
- Aparece con golpes, hematomas o rasguños , dice que tiene frecuentes caídas o accidentes.
- no quiere salir, ni se relaciona con sus compañeros.
- no acude a excursiones, visitas, etc, del colegio.
- Quiere ir acompañado a la entrada y salida.
- Se niega o protesta para ir al colegio.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)